Padres y educadores enfrentan a sus jóvenes con relaciones tirantes o de franca confrontación, día a día les resulta complicado relacionarse con ellos.
Los chicos entran al mundo adulto y los adultos no comprenden y no saben cómo comportarse en el mundo adolescente. En esa relación se desarrolla la evolución de lo humano. Los chicos y chicas tienen formas muy distintas de hacer y actuar a la de sus padres y educadores. En cada una de las interacciones ya sea en la casa o en la escuela, forman un poco a la persona que es. Como padres les aman y desean lo mejor para ellos y gradualmente los conducen hacia su propia vida. Cada adolescente lleva consigo la carga afectiva de la relación amorosa que le dio origen, desde niños vienen sosteniendo y construyendo una convivencia en adaptabilidad y armonía o en inadaptación y conflicto.